A veces, con los ingredientes más sencillos podemos crear platos sorprendentes. Esta crema de remolacha es un ejemplo perfecto: una receta versátil que puedes adaptar con las verduras que tengas en casa.
La base es la remolacha, que aporta un color intenso y un sabor ligeramente dulce. Para equilibrarlo y darle una textura suave, he añadido calabacín, zanahoria y cebolla, logrando una crema deliciosa y reconfortante.
Puedes prepararla con remolacha natural o cocida. Si optas por la remolacha cruda, asarla en el horno o en la freidora de aire realzará su dulzura. Si prefieres una versión más rápida, la remolacha cocida lista para usar es una excelente opción.
Calentita para los días fríos o fresquita en verano, acompañada de un toque de queso mascarpone, de yogur, frutos secos o hierbas frescas para un extra de sabor.
Ingredientes:
Remolacha asada o cocida
1 calabacín
1 cebolla tierna
1 zanahoria
Caldo o agua (para cubrir las verduras)
Mascarpone (para servir)
Sal y pimienta al gusto
Preparación:
Trocea todas las verduras: calabacín, zanahoria y cebolla.
Cocina las verduras en una cazuela con el caldo o agua, cubriéndolas bien.
Otra opción es asar las verduras todas juntas en el horno.
Deja que se cocinen durante 20-25 minutos y cuando estén tiernas las retiras.
Tritura todo con una batidora, añade la remolacha troceada (ya cocida o asada) ajusta la sal y la pimienta al gusto.
Sirve con una cucharada de queso mascarpone y espolvorea hierbas aromáticas para un toque final.
Y listo!
Deja que se cocinen durante 20-25 minutos y cuando estén tiernas las retiras.
Tritura todo con una batidora, añade la remolacha troceada (ya cocida o asada) ajusta la sal y la pimienta al gusto.
Sirve con una cucharada de queso mascarpone y espolvorea hierbas aromáticas para un toque final.
Y listo!