¡Hola! Esta semana os traigo una receta de pan. Es ideal para los desayunos y meriendas, aunque a cualquier hora del día, la tentación nos llama.
Hacer pan en casa, para mi, ha sido y es todo un descubrimiento, un mundo en el que nunca se para de aprender, mejorar y evolucionar.
Lo bueno es que tienes que practicar y probar, repetir y experimentar. Cambiar y combinar ingredientes y ver qué ocurre, aprender de los procesos. En definitiva, disfrutar con todo lo que el mundo panarra nos ofrece.
Y es que es una gozada, la cantidad de recetas que se encuentran en el mundo de los blogs y en los foros. Igual que en los libros y por supuesto en los talleres presenciales.
Hoy, me he basado en una receta del libro "Love is in the Bread" de Daniel Jordá.
Con mis pequeñas variaciones, os muestro el resultado de este delicioso pan. Vamos a ponernos con las manos en la masa.
Ingredientes:
- 200 g de harina de fuerza
- 150 g de harina de centeno integral
- 100 g de harina de centeno blanca
- 150 ml de leche
- 100 ml de agua natural
- 80 g de mantequilla
- 25 g de azúcar blanca
- 10 g de sal
- 10 g de levadura fresca
- 1 limón
- 150 g de pepitas de chocolate
Pan de centeno, chocolate y limón
Empezamos por mezclar las harinas en un bol. Añadimos el agua, la leche a temperatura ambiente con la levadura diluída y mezclamos todo bien. Seguimos con la sal y el azúcar y finalizamos con la mantequilla.
Amasamos un par de minutos y dejamos que repose 10 minutos. Repetimos el corto amasado y el reposo otra vez.
Mientras tanto rallamos la piel del limón. Le he puesto media, pero le puedes poner la cantidad que te guste.
Amasamos un poco más, y añadimos las pepitas de chocolate. Hacemos un plegado y dejamos reposar 10 minutos. Si es necesario hacemos otro plegado y otro reposo.
Dejamos reposar la masa dentro de un recipiente engrasado y bien cerrado. Si quieres la puedes dejar reposar en frío en la nevera. Una vez ha levado, la volcamos en la mesa, la formamos, y la metemos dentro del molde hasta que doble su volumen.
Precalentamos el horno a 250 º C, bajamos a 210 º C y lo cocemos durante unos 25-30 minutos.
Siempre dependiendo del horno y de las circunstancias. Si ves que de dora demasiado lo cubres un poco durante los últimos minutos.
Cuando esté cocido lo sacamos y esperamos a que se enfríe antes de desmoldarlo.
Al sacarlo del horno, la cocina huele de maravilla con el aroma dulce y cítrico que desprende. La verdad es que cuesta esperar a que se enfríe del todo y no caer en la tentación de probarlo.
Lo podemos cortar para congelar, aunque no creo que haga falta, porque te aseguro que te lo vas a terminar antes y no va a sobrar nada.
¿Quién se lleva la primera rabanada?