Croquetas de fuet cremosas y fáciles
Si hay un bocado que nunca falla, son las croquetas. Doradas, crujientes por fuera y cremosas por dentro, es una receta que se ha ganado un lugar en todas las cocinas.
Son perfectas para servir como aperitivo, en una comida informal o en una cena de picoteo.
Hoy propongo una versión deliciosa: croquetas de fuet, con todo el sabor de una variedad que lleva trufa incorporada en el mismo fuet.
Y lo mejor: puedes adaptarlas fácilmente si necesitas una versión sin gluten, cambiando la harina y el pan rallado por sus equivalentes sin gluten.
Ingredientes (20-25 croquetas, según tamaño):
1/2 puerro
1/2 cebolla
40 g de mantequilla
40 g de aceite de oliva virgen extra
100 g de harina de trigo (o sin gluten si lo necesitas)
1 fuet
Daditos de queso mozzarella (cantidad al gusto)
750 g de leche entera
Sal y pimienta al gusto
Para rebozar:
• 2 huevos
• Pan rallado (sin gluten si es necesario)
• Aceite de oliva para freír
Elaboración paso a paso:
En una sartén grande, derrite la mantequilla junto con el aceite de oliva. Añade el puerro y la cebolla picados finamente y sofríe a fuego medio hasta que estén bien pochados, unos 8-10 minutos.
Corta el fuet en trozos pequeños (puedes pelarlo si lo prefieres) y añádelo al sofrito.
Incorpora la harina y remueve bien durante un par de minutos, para que se tueste ligeramente y no sepa a crudo.
Vierte la leche poco a poco, sin dejar de remover, hasta obtener una masa espesa y homogénea.
Añade los dados de mozzarella y remueve hasta que se fundan en la mezcla. Prueba y ajusta de sal y pimienta (con cuidado, el fuet ya aporta bastante sabor).
Deja enfriar la masa completamente. Cubre con film transparente en contacto para evitar que se forme costra, y refrigera al menos 12 horas (idealmente, toda la noche).
Una vez fría, forma las croquetas con ayuda de dos cucharas o con las manos ligeramente humedecidas. Reboza primero en huevo batido y luego en pan rallado.
Fríe en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Retira sobre papel absorbente.
Sirve recién hechas, acompañadas de un alioli suave o simplemente con unas hojas de tomillo fresco para aportar un toque aromático.
Puedes congelar las croquetas ya formadas antes de freírlas. Solo tendrás que sacarlas del congelador y freírlas directamente sin descongelar.
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