Ahora si que ya estamos oficialmente en el verano modo "on". Con ganas de helados y bebidas refrescantes, las puertas de los hornos se cierran... aunque no del todo. Yo soy de las que, aún en verano, la dejo un poco abierta... algún asado de verduras, postre o pan casero siempre cae.
La remolacha y el melocotón son los ingredientes escogidos para el reto mensual Color y Sabor de Temporada. Y, ¿en qué consiste? Cada mes se proponen dos ingredientes, una fruta y una verdura. Preparamos una receta con uno de los ingredientes, o con los dos :)
Los dos me gustan mucho, pero me he decantado por la remolacha para preparar un pan lleno de color y sabor, nunca mejor dicho... porque color tiene y mucho :)
Los dos me gustan mucho, pero me he decantado por la remolacha para preparar un pan lleno de color y sabor, nunca mejor dicho... porque color tiene y mucho :)
Vamos a meter las manos en la masa...
Ingredientes:
- 275 g harina media fuerza panificlable
- 275 g harina media fuerza panificlable
- 110 grs de remolacha asada triturada
- 130 ml leche de avena (leche avena casera)
- 10 g aceite de oliva virgen
- 12 g de miel
- 6 g de sal
- 6 g levadura fresca o 2 gr, de levadura seca
Cómo preparar pan de remolacha con avena y miel
1. Empezamos por asar las remolachas en el horno. Las lavamos y sacamos algún resto de tierra que puedan tener, no las vamos a pelar. Las introducimos en el horno a 180º C durante una hora o un poco más, dependiendo del tamaño. Verás que están blanditas, las sacamos y las dejamos enfriar.
Si no tienes ganas de asar las remolachas, las pueden utilizar cocidas. El resultado variará un poco en cuanto a líquidos y sabor, pero es un opción práctica.
2. Mezclamos la harina con la leche de avena, la miel y el aceite, añadimos la remolacha triturada y finalizamos con la miel. Dejamos que repose unos 30 minutos y empezamos a amasar.
3. Amasamos 5 minutos y dejamos reposar 10. Repetimos el proceso 4-5 veces. Añadimos la levadura al final del amasado y continuamos amasando un poco más hasta conseguir una masa suave y elástica.
4. Dejamos reposar la masa en un recipiente engrasado y tapado. La he dejado en el frigorífico toda la noche. Si quieres la puedes dejar a temperatura ambiente, en un par de horas la tendrás lista, cuidando siempre las condiciones ambientales en cada cocina... más menos tiempo.
5. Sacamos la masa de la nevera, esperamos a que se atempera. Dividimos en dos, tres o cuatro piezas para preformar las bolas. Las dejamos reposar 10 minutos.
6. Engrasamos un molde alargado, formamos las bolas y las ponemos dentro.
7. Tapamos con un paño y esperamos el levado por segunda vez. Más o menos tardará unas 2 horas. Hay que tener en cuenta la temperatura y la humedad. Ahora en verano, todo corre más deprisa :)
8. Cuando veamos que la masa dobla el volumen, es que ya está lista para hornear.
Si necesitas más tiempo, lo tapas y esperas un poco más. Mientras tanto, vamos precalentando el horno a 200º C. para tenerlo a punto.
9. Bajamos la temperatura a 180º C y lo dejamos cocer unos 50-55 minutos.
Siempre controlando el tiempo en base a las particularidades de cada horno, ya sabemos que cada cocina es un mundo. Siempre lo repito, pero es que es así.
10. Sacamos el pan de horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla. Pasado unos minutos lo sacamos del molde y lo dejamos enfriar del todo.
Listo para cortar y preparar nuestros bocatas o tostas preferidas. Se puede congelar sin problemas. Yo lo hago, corto rebanadas y las voy sacando del congelador según necesito.
Hay que ver cuanto juego da la remolacha en la cocina: en bollería, panes, recetas dulces y recetas saladas. Recuerdo el risotto de remolacha con un color precioso.
Si te gusta la remolacha, cuéntame como la cocinas :)
¡Buena entrada de verano!
Si te gusta la remolacha, cuéntame como la cocinas :)
¡Buena entrada de verano!