Hola! Seguro que a muchos os gusta el membrillo, y como todos los años nos lanzamos a preparar el clásico dulce de membrillo, para tener en reserva el resto del año.
Compotas, salsas, jaleas... La receta de hoy va de asados, de horno y de Malvasía, una nueva receta para la sección de #cuinacatalana. Vamos a ello.
Membrillos al horno con Malvasía de Sitges
Codonys al forn amb Malvasía
He necesitado:
Membrillos
Azúcar moreno y blanco
Malvasía de Sitges, (o vino dulce)
Clavos de olor
Canela en rama
1 vaso de agua
Y me preguntaréis ¿Qué es la Malvasía?
Es un vino dulce que se elabora a partir de la variedad de uva "malvasía". Y en esta ocasión es la Malvasía de Sitges (Catalunya), ya que está elaborada con una variedad de "malvasía" tradicional de esta ciudad y de la comarca de "El Garraf" (Barcelona).
Me ha hecho mucha ilusión utilizarlo, pero cualquier vino dulce o cualquier licor que te venga de gusto sirve para la receta.
Me ha hecho mucha ilusión utilizarlo, pero cualquier vino dulce o cualquier licor que te venga de gusto sirve para la receta.
Preparación:
Empezamos por lavar bien los membrillos. Depende de la variedad de membrillo tienen más pelillo, así que los dejamos bien limpios y los partimos por la mitad. Sacamos el corazón y los disponemos en una bandeja para horno.
En en centro de cada mitad, añadimos una cucharada colmada de azúcar. He utilizado azúcar moreno y azúcar blanca, un poco mezclado. Añadimos un clavo de olor en cada una de ellas y un poquito de canela en rama. Finalizamos con un buen chorro de la Malvasía.
Mientras tanto el horno se va precalenando a 180º. En el fondo de la bandeja añadimos el vaso de agua y la introducimos en el horno.
Van a tardar bastante, ya que la carne es dura y cuesta cocer, más o menos una hora.
Hay que tener en cuenta el tamaño de los membrillos, pueden tardar hasta hora y media o un poco más si son muy grandes.
Si notamos que falta líquido añadimos un poquito más de agua. Durante el tiempo de cocción vamos regando con sus propios jugos, de vez en cuando.
Veremos que están blanditos con la prueba del palillo.
Retiramos la bandeja del horno y los tenemos a punto servir. Acompañamos con frutos secos y el mismo almíbar que se ha obtenido de la cocción.
Desprenden tanto aroma que no hace falta nada más. Toda la casa huele de maravilla!
Y si te sobran no pasa nada porque se pueden comer perfectamente al día siguiente, bien tapados y en la nevera se conservan muy bien.
Pero de verdad ¿piensas que van a sobrar? Seguro que no! ;)