Me encantan las naranjas sanguinas. El color tan vivo que tienen, el aroma y sabor cítrico acentuado y su amargor característico, las convierten en un ingrediente llamativo y vistoso. En cierto modo me recuerdan al pomelo. Y es que yo soy muy de cítricos, me gustan todos.
Las sanguinas son ideales para zumos, mermeladas y recetas dulces. Pero también lo son para los platos salados, como las carnes, aves o las ensaladas.
Hoy propongo una receta de las que se hacen solas, de las que dan poco trabajo y son agradecidas. Además se puede cocinar con antelación. Las naranjas sanguinas se vienen al horno.
Ingredientes:
- 2 picantones (medio por persona)
- 2 naranjas sanguinas
- 1 limón (opcional)
- Salvia fresca
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
Picantones con naranja sanguina y salvia
Limpiamos los picantones y los salpimentamos. Yo los he cortado por la mitad. Los ponemos en una bandeja apta para horno y los rociamos con un poquito de aceite de oliva. Añadimos el zumo de medio limón.
Cortamos las naranjas sanguinas en rodajas, recogemos el jugo que desprendan y lo aprovechamos para añadir a los picantones. Repartimos las rodajas por encima y hacemos lo mismo con las hojas de salvia.
Precalentamos el horno a 190° C.
Introducimos la bandeja y esperamos unos 30 minutos hasta que los picantones estén dorados. Se debe tener cuidado con las rodajas de naranja sanguina, ya que se pueden requemar con facilidad. Y como siempre comento, depende un poco del horno y las circunstancias.
Los servimos en el plato añadiendo por encima los jugos propios de la cocción. Acompañamos con las hojas de salvia alrededor y las rodajas de naranja sanguina repartidas por encima.
¿Qué te ha parecido? Un plato sencillo, no da nada de trabajo y es riquísimo.