La receta de hoy es un plato que llevamos haciendo en casa de generación en generación. Son unos pimientos rellenos de arroz y carne. Un receta clásica, que todos los años preparamos un par de veces, como mínimo. Y es que nos encantan.
En todas las familias se cocinan esas recetas típicas que nunca pasan de moda, sino todo lo contrario.
Os la voy a explicar tal como los hacía mi abuela, y así hemos seguido preparándola tanto mi madre como yo.
Ingredientes:
- Pimientos rojos
- Arroz
- Arroz
- Carne picada de ternera y cerdo (o bien un trozo de longaniza)
- 1 cebolla
- Queso rallado,
- Queso rallado,
- Aceite de oliva
- Sal
- Pimienta molida
- Un vasito de agua
- Sal
- Pimienta molida
- Un vasito de agua
Cómo preparar Pimientos rellenos con arroz y carne
Empezamos calentando aceite de oliva en una cazuela.
Añadimos la cebolla picada bien fina y la pochamos. Añadimos las carnes, la de cerdo y la de ternera picadas. O bien deshacemos una longaniza, sofreímos un poco y añadimos el arroz. Le damos unas vueltas para que vaya cogiendo sabor.
Añadimos el agua, poca cantidad y seguimos dando vueltas. Cuando ya este un poco seco, (el arroz no ha de estar cocido del todo) añadir el queso rallado.
Rectificar de sal y pimienta, apagar y enfriar un poco, lo dejamos reposar.
Añadimos la cebolla picada bien fina y la pochamos. Añadimos las carnes, la de cerdo y la de ternera picadas. O bien deshacemos una longaniza, sofreímos un poco y añadimos el arroz. Le damos unas vueltas para que vaya cogiendo sabor.
Añadimos el agua, poca cantidad y seguimos dando vueltas. Cuando ya este un poco seco, (el arroz no ha de estar cocido del todo) añadir el queso rallado.
Preparar los pimientos contándole la parte superior y rellenarlos con una cuchara, con cuidado.
Los colocamos en una bandeja en el horno, rociamos con aceite por encima y los metemos en el horno unos 30 minutos a 180ª, vamos vigilando hasta que estén doraditos.
Los retiramos del horno, y podemos hacer dos cosas: o comerlos hoy, o comerlos mañana, de un día para otro los dejamos tapados en la nevera y luego los calentamos.
Los colocamos en una bandeja en el horno, rociamos con aceite por encima y los metemos en el horno unos 30 minutos a 180ª, vamos vigilando hasta que estén doraditos.
Los retiramos del horno, y podemos hacer dos cosas: o comerlos hoy, o comerlos mañana, de un día para otro los dejamos tapados en la nevera y luego los calentamos.
Espero que os haya gustado la receta y os animéis a probarlos.