Dulce de membrillo casero
El membrillo es uno de esos frutos que anuncian la llegada del otoño. Su aroma es intenso, su textura firme y su sabor, cuando se cocina, es pura magia. Convertirlo en dulce de membrillo casero es una de las maneras más clásicas y deliciosas de aprovechar esta fruta de temporada. Y lo mejor: no tiene complicación alguna, solo hace falta un poco de paciencia.
La receta lleva membrillos frescos y maduros, azúcar y limón. El resultado es un dulce firme, brillante y con ese color tostado tan característico.
Puedes usarlo para acompañar quesos, untar en pan, preparar postres o incluso añadir a recetas saladas. Si necesitas reducir el azúcar o prefieres otro endulzante, también puedes hacerlo.
El membrillo tiene mucha pectina natural, así que suele cuajar bien. Solo hay que ajustar tiempos y controlar la textura mientras se cocina. El resultado sigue siendo espectacular.
Ingredientes:
Membrillos maduros
Limones
Azúcar (la mitad del peso de la pulpa cocida)
Elaboración paso a paso:
Lava los membrillos, córtalos en trozos grandes y colócalos en una olla junto a un limón (o dos) troceado. Cubre con agua y hierve hasta que estén tiernos.
Una vez cocidos, retira la piel y los corazones. Puedes reservarlos si quieres preparar una jalea. Opcionalmente puedes dejar la piel para triturar con la pulpa.
Pesa la pulpa resultante y añade azúcar equivalente a la mitad de ese peso. Deja reposar una hora.
Tritura la mezcla hasta obtener una crema espesa y homogénea.
Cocina a fuego lento, removiendo sin parar para evitar que se pegue. Irá espesando y tomando un tono más oscuro.
Sabrás que está listo cuando puedas apartar la mezcla hacia un lado y ver el fondo de la cazuela sin que retroceda, y cuando se mantenga firme en la cuchara.
Vierte el dulce en moldes o cazuelitas de barro y deja enfriar por completo. Cuanto más tiempo repose, más firme y sabroso quedará.

7 Comentarios
Hola Silvia. El membrillo siempre llega a casa en otoño porque me encanta. Me gusta más en mermelada que en dulce, pero si el que tienes ahí me lo pones por delante te aseguro que no le pongo ningún reparo. Te ha quedado divino.
ResponderEliminarBss
¡¡Hola Silvia!! Qué textura tan maravillosa tiene la carne de membrillo, es fantástica. Seguro que está delicioso, sobre todo acompañado de queso fresco o en una tabla de quesos, que es como más suelo consumir. A mí este año me han dado tres personas diferentes y sólo me ha dado tiempo a probar uno. Lo bueno es que dura muchísimo, pues yo tengo aún del año pasado que me dio otra señora y sigue fresco como el primer día. Besitos.
ResponderEliminarOh pero w delicia
ResponderEliminar¡Me encanta!
ResponderEliminarCon un poco de queso fresco resulta perfecto
Besitos
Madre mía, Silvia, qué pintaza tiene dulce de membrillo que has hecho, se sale de la pantalla, el corte se ve perfecto
ResponderEliminarAbrazos y buen fin de semana
Hola guapa. A mi el membrillo no me gusta mucho. Lo encuentro demasiado dulce . Y con esto me estoy refiriendo al industrial. El casero es otra cosa ya que puedes modular ese exceso de azúcar. Seguro que el tuyo me gusta, tiene una pinta estupenda.
ResponderEliminarYo también hice dulce de memoria y lo tengo que esconder si quiero que dure....🤭
ResponderEliminarUn corte muy tentador 😉
Besinos